El término “personalidad”, en muchas ocasiones, se utiliza de una manera errónea. En psicología, cuando hablamos de personalidad nos referimos a un conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos profundamente incorporados, que persisten en el tiempo y nos hacen únicos e irrepetibles. Las personas tendemos a responder de un modo similar al enfrentarnos a ciertas situaciones. Sin embargo, nuestro comportamiento no está determinado tan solo por la personalidad. El aprendizaje, el ambiente o los estados anímicos nos condicionan a la hora de actuar en ciertos momentos.
Factores determinantes de la personalidad
Existen varios factores que son determinantes en nuestra personalidad, como: la herencia, el afecto, la nutrición, la salud física, el desarrollo neuropsicológico, el ambiente y el aprendizaje. Según Hans J. Eysenck , psicólogo inglés que dedicó su vida al estudio de la personalidad, la estructura de personalidad posee tres “dimensiones”: carácter, temperamento (que muchas veces se confunden) e inteligencia.
Cuando hablamos de carácter nos referimos a aquellas características en las que tiene un mayor peso la influencia del ambiente, es decir, el aprendizaje. Es adquirido, ligado a factores educativos y culturales. Sin él nos sería imposible interiorizar las normas sociales y nuestro ajuste voluntario. Se le puede educar, claro está que con trabajo personal.
Respecto al temperamento, es la base biológica del carácter, nos viene dada, es nuestro comportamiento afectivo (en gran parte resultado de la suma de procesos químicos del cerebro).
Y, finalmente, la inteligencia, que hace referencia a nuestro comportamiento cognitivo, formada por algunas variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje y las habilidades para socializarse.
Batista,K. (2015). ¿A qué nos referimos cuando hablamos de personalidad y sus trastornos?. 2015, de Psyciencia Sitio web: https://www.psyciencia.com/pdf-guia-de-aprendizaje-veloz-para-cientificos/
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