La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo.
La esquizofrenia se caracteriza por una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Algunas de las experiencias más frecuentes son las alucinaciones (oír voces o ver cosas inexistentes) y los delirios (creencias erróneas y persistentes).
Síntomas
La esquizofrenia es una psicosis, un tipo de enfermedad mental caracterizado por una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Algunas de las experiencias más comunes son:
Alucinaciones: oír, ver o percibir algo que no existe.
Delirios: creencias o sospechas erróneas y persistentes no compartidas por otras personas de la misma cultura, de las que el paciente está firmemente convencido incluso cuando hay pruebas de lo contrario.
Conducta extravagante: conducta desorganizada que puede manifestarse como vagabundeo, murmuraciones y risas para sí mismo, aspecto estrafalario, abandono del aseo personal o aspecto desaliñado.
Discurso desorganizado: incoherente o no pertinente.
Alteraciones de las emociones: notable apatía o desconexión entre la emoción declarada y sus manifestaciones objetivas, tales como la expresión facial o el lenguaje corporal.
Causas de la esquizofrenia
En las investigaciones no se ha identificado un único factor. Se considera que la esquizofrenia puede estar provocada por la interacción entre la genética y una serie de factores ambientales.
Factores psicosociales también pueden contribuir a la esquizofrenia.
Los esquizofrénicos suelen sufrir estigmatización, discriminación y la violación de sus derechos humanos.
La esquizofrenia es tratable. La farmacoterapia y el apoyo psicosocial son eficaces.
Organización Mundial de la Salud, 2019. Esquizofrenia, Organización Mundial de la Salud.
Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/schizophrenia
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